Todo lo que te rodea emite una determinada vibración que afecta a tu propia energía personal de una manera u otra. Pueden potenciarla, disminuirla o hacer que afloren en ti determinados sentimientos y emociones.
El objetivo de este artículo es hacerte consciente de lo que hay en tu casa, para que puedas realizar las modificaciones necesarias y conseguir ese bienestar que deseas.
La clave es que tu hogar vibre en consonancia contigo.
Despréndete de lo que ya no te sirve
No me cansaré de repetirlo nunca: es fundamental de vez en cuando hacer limpieza de trastos en tu casa. Ropa, objetos, juguetes, libros, recuerdos…
Por la inercia diaria tendemos a acumular cosas. Las guardamos por si acaso para un momento que nunca llega y al final las acabamos olvidando (hasta que las volvemos a ver en el siguiente cambio de armario).
Esos objetos no están ahí porque sí. Los guardamos porque nos gustan, porque nos traen buenos recuerdos o porque en algún momento los hemos necesitado.
Pero como nosotros no somos estáticos sino que vamos evolucionando continuamente, es sano de vez en cuando hacer inventario de lo que acumulamos y eliminar lo que ya no sintonice con nuestro estado actual.
Se trata de hacer sitio en tu casa para que puedan llegar experiencias nuevas a tu vida.
- Esas fotos de aquellas vacaciones con tu exnovio ¿qué hacen ocupando sitio en tu cajón?
- ¿Cuántas veces has vuelto a guardar ropa que no te has puesto ese año “por si el año que viene te la pones”?
- Los regalos de boda que tienes guardados y que te da lástima tirar… ¿por qué los conservas? ¿Qué te aportan aparte de quitarte sitio?
La decoración de tu casa influye en tu bienestar porque es algo que estás viendo cada día. Así que hay que prestarle atención a que realmente te esté aportando ese buen rollo que tanto deseas.
Te listo unos puntos que puedes revisar:
- Los colores de las paredes: ¿son cálidos o frescos? ¿Visualmente te excitan o te tranquilizan? ¿Es el color que realmente necesita esa habitación?
- Repasa qué tipo de cuadros tienes en casa: si aparecen personas, mira sus caras, sus ojos…piensa en qué emociones te transmiten y si son afines a ti. Si son cuadros abstractos, párate delante de ellos un rato y siente qué sensaciones te transmiten sus colores y formas (agresividad, caos, dulzura, movimiento, intranquilidad…)
- Tan importante es el análisis de lo que transmiten los cuadros, como el lugar donde están colocados. Que lo que te transmitan esté de acuerdo con la finalidad a la que destinas esa habitación, porque la energía que desprenda te va a influir cuando estés dentro de ella.
- Presta atención a las fotos de los familiares que tengas a la vista. Sobre todo, si son familiares fallecidos es muy importante que su foto transmita un momento de su vida en que esa persona fue feliz. Aún así, ponte delante de esa foto, mírala durante un buen rato y siente lo que te está transmitiendo a ti. ¿Tristeza? ¿Añoranza? Si lo que sientes no es positivo, sería mejor guardar la foto en el álbum familiar y no tenerla tan a la vista.
Protégete de la radiación eléctromagnética
Los campos electromagnéticos se pueden clasificar en radiaciones de baja intensidad (procedente de los aparatos eléctricos, enchufes y cableado general de los hogares) y radiaciones de alta intensidad (microondas, cocinas de inducción, internet inalámbrico, telefonía sin cable…).
Vivimos en un mundo tecnificado y la tendencia es que cada vez vaya a más. Pero es posible convivir sanamente con las tecnologías siguiendo unas sencillas pautas:
- Ten los aparatos eléctricos enchufados en ladrones con interruptor para poder apagarlos por la noche. Evita tenerlos en modo stand-by.
- Apaga el router wifi de noche o cuando no lo vayas a usar.
- Por la noche pon tu móvil en modo avión.
- No tengas aparatos eléctricos en los dormitorios (teles, ordenadores, impresoras, consolas, etc), ni siquiera un despertador eléctrico.
- Por supuesto, no duermas con el móvil en la habitación ni lo cargues en ella mientras duermes.
- Al hablar por teléfono móvil es preferible usar el altavoz o el manos libres. No lo lleves guardado en bolsillos cerca del cuerpo.
- Evita los teléfonos inalámbricos en tu casa. Si tienes teléfono fijo, es preferible usar el de cable de toda la vida.
Espero que estos consejos te ayuden a sentirte mejor en casa y en ti.
Hasta pronto amiga.
Si quieres conocer mejor a Maribel, la autora de esta entrada, puedes visitar su web:
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